Sabemos que resulta estimulante recrear la realidad en sonidos. Hay que tener cuidado de no sobreabundar en datos insignificantes e imposibles de retener sino, en cambio, en ideas que apunten a lo más visceral del ser humano. Todo depende, en definitiva, de nuestra mirada y el buen uso del lenguaje y de los códigos exclusivos de este medio. 
El periodismo narrativo no se ajusta a las formas clásicas y transitadas de informar en radio. Incluye más producción, más testimonio, más subjetividad y recrear los contextos para que el oyente se sumerja en una especie de “realidad radiofónica”.
El desarrollo del curso repasará, en primer lugar, el lenguaje radial a través de sus cuatro elementos base: la palabra, la música como narradora, el sonido como recreador ambiental y el silencio como la zona más poderosa de ligazón entre el emisor y el oyente. Además de escuchas, de intercambios grupales y de algunos textos de apoyo, se ejercitarán estos elementos de expresión en breves grabaciones que representen una anécdota individual.
En segundo lugar, y en contraste al relato convencional de la información en radio (atravesada por la pirámide invertida, el tratamiento indistinto de los diferentes acontecimientos y la reproducción casi automática de la agenda que instalan los diarios), se trabajarán ejercicios de mirada subjetiva en el lugar donde sucedan determinados acontecimientos. Luego, en base a la experiencia directa y a una breve investigación que incluya poco de datos duros y más de indagación de los protagonistas y del contexto de los hechos, se realizará un guión listo para editar un breve documental sonoro (formato denominado feature en otras partes del mundo) que refleje, con todo el potencial del lenguaje de radio, información, emoción y solidez narrativa.